Muchos lugares tienen castillo, muchos lugares tienen personajes históricos, muchos lugares los tienen en el olvido y siguen aletargados, pero algunas veces las historias sí que terminan bien.
Un loco soñador que es escuchado por un
político con sensibilidad. Un esfuerzo y corazón que se contagia a más personas
que poco a poco se van viendo atrapados por la imagen del castillo que les mira
desde la montaña y la leyenda de un hombre justo que educó a un gran rey.
Ya con éxito llegaran banderas y estandartes
de otros lugares lejanos, de ciudades hermanadas en Francia o de la estepa
castellana… pero tampoco todo el mundo sabe acoger bien a aquellos que se
esfuerzan y comparten su sueño, esto también lo hace bien Monzón.
Las más de cinco horas y media de viaje y otras
tantas de vuelta compensan con la hospitalidad recibida, con la historia que se
cuenta, con las actividades realizadas y recreaciones hechas con mimo.
Nunca unos Hospitalarios se habían sentido tan
a gusto con Templarios desde hace siglos. Un placer haber compartido con
vosotros esos momentos.
PD: Un detallazo que alcalde y concejales de
cultura y festejos nos enseñaran el ayuntamiento por dentro y un abrazo muy
fuerte para “Montrodon”, ya ni siquiera sé su nombre porque durante esos días
literalmente lo reencarna.
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