Teruel nos volvió a recibir de nuevo en febrero (pero con un clima primaveral que hemos agradecido) para celebrar otra edición de sus "Bodas de Isabel de Segura"
Otro año en el que teníamos novicios que no habían conocido la ciudad y venían a vivir la experiencia desde dentro. Ya es tradición llevar a las nuevas incorporaciones al mausoleo de los amantes y, dentro del poco tiempo que deja libre el fin de semana, visitar los emplazamientos de la ciudad.
Un sábado algo atropellado que dio paso una vez más al impresionante desfile del domingo donde toda la ciudad llora la muerte de los amantes. Este año con más emoción al acordarnos de nuestra amiga Raquel Esteban, directora de la fundación hasta poco antes del evento.
Por otro lado, Albarracín y su felino molino volvieron a ser nuestro refugio nocturno donde descansar de las largas jornadas en la capital turolense y disfrutar de la noche entre las murallas de la localidad.
Un fin de semana que siempre se nos hace breve y nos deja con ganas de más.
¡Hasta el año que viene Turolenses!
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