¡Y Doña Mencía se volvió a casar!, cuatro veces mas otras “ocho” a la semana siguiente en él mercado artesanal.
Tordehumos tiene el castillo en ruinas, varias iglesias, una plaza con un rollo donde se hacia justicia y un señor llamado Jose María empeñado y entusiasmado con que la gente conozca los tesoros que tiene su pueblo. Un entusiasmo que ha plasmado en un magnífico libro sobre la historia de su pueblo.
Y es que ese pequeño pueblo desde la edad media con el famoso tratado de
Tordehumos, hasta doña Mencía fue un punto importante de nuestro país.
Así que un día por
todo el pueblo con el sonido en el carro y con medio pueblo detrás sin importar
el calor durante media hora conocimos no solo la historia de Doña Mencia, su
legado y sus cuatro maridos, el enfermizo del que estaba enamorada pero
falleció, del juerguista atolondrado que
años después la cambio por otra con mas dinero, el monje poeta apasionado que
luego se apasiono por otra y por ultimo el obligado por la reina para
deshacerse de un rival que la maltrato hasta que por suerte este murió.
Así que una y otra vez ¡Que vivan los novios!, todo el clero
y monaguillos que nos acompañó, los que sudaron vistiéndose de alabarderos y
soldados, las mujeres del pueblo que no solo prepararon toda la parafernalia y
decoración que no fue poca y los ediles que apuestan por esta actividad.
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