Un año más, nos desplazamos hasta Monzón [Huesca] con la intención de acompañar - con nuestra usual Orden Hospitalaria - a tan numerosa Encomienda Templaria. En esta ocasión, no éramos demasiados, pero si los suficientes para saber que en el desfile éramos pares.
Las seis horas de viaje desde Valladolid jugaban con nosotros un contrarreloj, y es que, las obligaciones laborales nos hicieron partir de nuestra ciudad más tarde de lo habitual. Tras varias sorpresas en el camino - un pájaro kamikaze y un camionero poco empático - llegamos a Tarazona [Zaragoza] donde el diluvio nos obligó a hacer un alto en el camino. Con tanta lluvia "no nos escuchábamos ni los pensamientos". Pero como siempre, tras la tormenta viene la calma, pudimos continuar nuestro viaje con muchos minutos de canciones "para todos los públicos" y un precioso arcoíris que nos acompañó (literalmente) en la carretera.
Evidentemente, al Desfile de Antorchas de la noche del viernes, no llegamos, pero nos acercamos con toda nuestra ilusión a saludar a viejos amigos y asociaciones, que como cada año, nos reencontramos en Monzón con la esperanza de ver que todos estamos bien y seguimos teniendo las mismas inquietudes.
Se ve, que con nuestra parada en Tarazona, no habíamos tenido suficiente agua y en el regreso al hostal nos llovió encima una tromba realmente impresionante. Tantas capas de ropa llevábamos, tantas acabaron empapadas, incluidas botas.
Damos gracias de que al día siguiente, salió el sol con muchas ganas y nos ayudó a secar las capas que durmieron en la bañera del hostal junto con el resto de nuestra vestimenta. Finalizamos el sábado sabiendo que realmente habíamos aprovechado cada desfile al máximo, y sino, que le pregunten a nuestros pies.
El Homenaje a Guillem de Mont-Rodón es un lugar especial al que volver y siempre nos acogen con mucho cariño. Es ilusionante ver como la gente del lugar ya nos reconocen y durante los desfiles nos gritan: "¡los de Valladolid!".
Tantos infortunios han hecho de este viaje uno de los más apasionantes y divertidos de la Torre del Homenaje, y es que al final, todo queda en anécdota y lo más importante es la gente de la que te rodeas. Nos vemos en Monzón 2025, y esperamos que el pronóstico sea soleado.
PD: 'Made in Spain' tatuado en su piel, cien mil watios de sol alumbrándome cada día, made in Spain, pasaporte especial, ella es Made in Spain, la mejor garantía.
CARTEL HOMENAJE A GUILLEM DE MONT-RODÓN 2024
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