Once años acudiendo a las bodas de “Isabel de
Segura” más de cincuenta personas diferentes desde Valladolid. Como dirían
Celtas Cortos, en 20 de Abril del 90: “Hoy no queda casi nadie de los de antes
y los que hay han cambiado, han cambiado”.
La plaza que durante años fue nuestra casa
ahora es un lugar de paso y saludo. Donde antes había varios colores ahora solo
hay uno. Donde había vino de nueces, discusiones, chistes y anécdotas ahora
solo hay una voz y silencio.
Donde antes teníamos una fundación que nos
cuidaba en el alojamiento y a nivel personal, ahora tenemos una fundación
desbordada que parece descabezada. Nos ha faltado Raquel. Este año nos tuvimos
que alojar en Albarracín y pudimos disfrutar de su paisaje por la noche, algo
que sin duda mereció la pena.
Pero lo creado en Teruel es más grande que todo eso, las calles siguen llenas, sus monumentos están allí. La fundación, la representación de las bodas y el mausoleo son ya parte de la ciudad. Siempre tendremos amigos a los que abrazar en sus puestos o en sus calles y pase lo que pase cada año nos volveremos a emocionar con la historia de los amantes de Teruel.
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