Monzón de Campos
es uno de esos pueblos perdidos, con un castillo sobre una loma que durante
décadas lleva realizando una actividad al mismo tiempo lúdica y divertida como
es la batalla de Nabos con una reivindicación de su historia.
Ha costado tiempo
incluir entre sus actividades al castillo de la villa, un castillo emblemático
donde se casaron Urraca de León y Alfonso de Aragón “el Batallador “, con el
conde Ansurez como padrino. Un castillo desde se controlaba el Condado de
Monzon. Un castillo cuyo ataque no lo sufrió por parte de rebeldes, moros u
otros nobles si no por el expolio, la codicia y la indiferencia de los últimos
años. Convertido en parador, lleva décadas cerrado por el estado en el que se
dejó.
Estamos
acostumbrados a locuras entre lo quijotesco, lo romántico, lo friki o los brindis
al sol, pero esta vez no las teníamos todas con nosotros, ya son muchos los
palos que llevamos. Alcaldes que se
lavan las manos como Pilatos y prefieren una empresa haga fotos con trajes de
los chinos junto a la foto de un castillo teniendo el original a diez pasos o
pueblos que prefieren no tener problemas y poner una disco movida antes que
participara en algo o implicarse. ¿Cómo reaccionaría un pueblo que estaba
acostumbrado a que este fuera un día de festejo ante la expectativa de subir en
desfile a las 17:00 con todo el calor la colina que lleva al castillo?
Pues Monzon
respondió y fue a su castillo. Ese castillo que alguno no veían desde su
comunión, donde jugaban de críos, donde se casaron. Se emocionaron de cruzar
sus puertas y se cabrearon al ver su estado. Que en el patio de armas colgaran
estandartes, que hubiera un torneo, que los moros vinieran a parlamentar y
lucharan con los cristianos, era lo de menos, estaban dentro de su castillo.
Después siguió la
batalla de Nabos, la salchichada, el concierto y sorprendentemente todo siguió
su orden y el mundo no estallo. Hubo tiempo para todo, para sudar subiendo al
castillo, para disfrutar y verlo por dentro, para reírnos en la batalla nabal,
para escuchar música y para reponer fuerzas con nuestros amigos/as con paella
primero y con salchichas después.